domingo, 17 de mayo de 2009

Sigo recordándote

Aun siento tus pisadas a mi lado cada vez que mis pies se desplazan de vuelta a casa y mis sentidos perciben cómo el trigo se deja mecer suavemente por la brisa y el sol, mientras tanto, ilumina tanto las flores que nacen como las que mueren. Y sigues a mi lado caminando cada vez que veo como los niños se agolpan a la puerta del circo bailando embriagados por las melodías infantiles. Subo a lo más alto de cualquier cima y tras dibujar un refugio imaginario extiendo mis brazos, miro a mi alrededor con tus ojos juveniles de anarquista y diviso desde lo alto el rincón más recóndito del planeta, haciendo de ese modo que mi mente grite TODO ESTÁ AQUÍ Y AHORA, para que acto y seguido salte al vacío esperando que me recojas. "Te echo tanto de menos...", es lo que hubiera escrito en ese correo que nunca llegué a enviarte y que tanto me pediste...Espero que algún día me perdones.

martes, 12 de mayo de 2009

Aversiones


Odio no saber hacia dónde me dirijo, detesto intuir que el fango seco aprisiona mis pies, abomino sentir como comienzo a hundirme inmovilizando de este modo aun más partes de mi cuerpo; y que sin embargo, mientras tanto, el tic tac del universo no interrumpa su sonido.

viernes, 8 de mayo de 2009

Recuerdos

Viajaba en un coche con destino al mar mientras el sol se abría paso tímidamente entre los eucaliptos.
Mi madre dormitaba en el asiento frontal, mi padre giraba el volante con delicadeza y ella era el sonido:

Bipolaridad

jueves, 7 de mayo de 2009

Tentaciones

El agua choca con tu cuerpo zambullido en los recovecos de las cavernas que se apoyan sobre las cifras y los jeroglíficos dibujados en los abismos de nuestra cordura. Los edificios se fusionan con los pensamientos de neón. Mientras la razón se juega un pulso con el deseo y rememora cada una de las llamadas que tímidamente realizaste para recordarme que el tuyo no había concluido. Para evocar el momento en el que frenaste mis adicciones para potenciar mis instintos. Cuando abriste mi pecho para cerrar el dolor del más leve roce y finalizar también con el perpetuo hormigueo del plexo solar. A veces me siento tentada a regresar al pasado para revivirlo, pero entonces soy consciente de que mi asexualidad es creciente.

Enigma

He decidido rebuscar en tu bibliografía para hallar respuesta a mi atracción por ti. He comenzado a revisar mentalmente cada uno de los libros de tu biblioteca para encontrar el fragmento de texto que me llevó a consumarla como acto terreno teñido de trascendencia divina, mientras que mi ser, en su sentido más amplio, se confiaba plenamente a los suaves movimientos de tu devenir.
Y así hemos comenzado a alimentar unas brasas que con cada leño arrojado a velocidades diversas consigan llevarnos un poco más cerca del Fuego. Sin prisas, sin culpa, sin posesión ni pecado, porque la verdadera forma de pecar habría sido fingir que nuestra tierra del deseo estaba yerma. Así que, con tu permiso, seguiré buscando la causa del efecto en las líneas de tus libros...